jueves, 19 de mayo de 2011

La velita

Va la señora Pérez por la calle Hidalgo, en Guadalajara, cuando de se cruza con el padre Rodríguez, quien le dice:

- Muy buenos días. ¿No es usted la señora Pérez, a quien casé hace dos años?

- Efectivamente padre, ésa soy yo.

- ¿No han tenido niños aún?

- No, padre, todavía no.

-Bueno, la semana próxima viajo a Roma; si quiere, encenderé una vela por usted y su esposo para que puedan tener muchos niños.

-¡Oh, padre! muchas gracias, le estaremos muy agradecidos.

Y ambos siguieron su camino. Años más tarde, se encuentran de nuevo y el sacerdote le pregunta a la mujer:

- Bueno, señora Pérez, ¿cómo se encuentra usted ahora?

- Muy bien, padre. Gracias.

- Por favor dígame, ¿finalmente han tenido niños ya?

- Oh, sí, dos pares de gemelos, una tercia de trillizos, cuatro niños más y actualmente estoy embarazada de otro; cuando nazca este serán 12 en total.

- ¡Bendito sea el señor, qué maravilla! ¿Y dónde está su amante esposo?

- Camino a Roma, a ver si puede apagar la pinche vela que usted encendió.

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