sábado, 7 de mayo de 2011

Ancianos con pila

Una pareja de ancianos estaba celebrando el 50 aniversario de su boda, por eso decidieron volver al pequeño pueblo donde se habían conocido.

Sentado junto a ellos, en una cafetería, estaba el policía del pueblo, quien sonreía y suspiraba mientras los
escuchaba conversar.

- ¿Recuerdasch la primera vezch que hichimos el amor? - le dijo el anciano con la voz gastada por los años a su vieja esposa -, fue sobre esche prado que está al otro lado de la carretera. Te pusche contra la valla. ¿Por qué no lo hachemos otra vezch por los viejosh tiempos?

Entonces salieron de la cafetería y cruzaron apresuradamente hasta el prado, el policía sonrió por lo romántico que le parecía aquello y pensó que lo mejor era echarle un vistazo a la pareja, por si acaso de hacían daño.

Ya desnudos, el viejecito tomó a su mujer por las caderas y la apoyó contra la valla como en los viejos tiempos; el policía, que seguía mirando, no podía creer lo que veía y se dijo asombrado mientras la viejecita se movía rapidísimo:

- ¡Que vitalidad, como la de una veinteañera!

Y los siguió observando; pa´rriba y pa´bajo, pa´un lado y pa´otro. Mientras el viejecito se convulsionaba como un salvaje, siguieron durante un buen rato hasta que los dos cayeron el suelo exhaustos. Después de que se vistieron, el policía se acercó y les dijo:

- ¡Ha sido la forma de hacer el amor más increíble y dinámica que jamás haya visto en mi vida! ¡Caramba! debieron de haber sido una pareja muy salvaje cuando eran jóvenes, ¿no es así?

El viejo, temblorosamente le contestó:

- No hijo, cuando noshotroch éramoch jóvenesh... ¡eshta maldita cerca... no era eléctrica!

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