domingo, 15 de mayo de 2011

La talla del castrado

Juan Aguirre Rebolledo (Juancho, para los compas) era una persona de mucho éxito en su carrera, no tenía problemas económicos y era muy querido; sin embargo, con el tiempo empezó a sufrir fuertes dolores de cabeza, por lo que acudió a un especialista que le dijo:

- Le tengo una buena y una mala noticia, la buena es que puedo curarle sus dolores de cabeza, la mala es que para hacerlo tendré que castrarlo.

Juancho, preso de la desesperación por sus fuertes dolores decidió someterse a la operación. Al salir del hospital se puso a reflexionar y decidió que empezaría su vida de nuevo, disfrutándola a cada momento, dicho esto, pasó frente a una sastrería y dijo:

- Para empezar, necesito un traje nuevo.

Entró a la tienda y le informó al vendedor que necesitaba un traje nuevo, éste le observó por un momento y dijo:

- Muy bien, talla 44.

- ¡Exacto! ¿Cómo lo supo?

- Es mi trabajo - contesto el vendedor.

Juancho se probó el traje y le quedó perfecto. Mientras se observaba en el espejo, el vendedor le dijo:

- ¿Qué le parece una camiseta nueva?

Juancho lo pensó por un momento y respondió entusiasmado:

- Pues, ¿por qué no?

- Veamos, ha de ser un 34 de mangas y un 16 de cuello.

- ¡No mame! ¿Cómo lo supo?

- Es mi trabajo - repitió el vendedor.

Juancho se probó la camisa, que le quedó a toda madre. Mientras se veía en el espejo, el vendedor le dijo de nueva cuenta:

- Y cómo ve unos zapatos nuevos.

Juancho estaba cada vez más animado.

- Por supuesto - respondió.

El vendedor echó un vistazo a los pies de Juancho y dijo:

- Ha de calzar del nueve y medio.

Juancho estaba asombrado.

- ¡Exacto! ¿Cómo lo adivinó?

- Le digo que es mi trabajo.

Mientras Juancho admiraba sus zapatos nuevos, el vendedor le preguntó:

- ¿Cómo ve si ya estamos entrados en esto, compra unos calzoncillos importados?

Juancho pensó en la operación que acababa de sufrir y dijo:

- Perfecto.

- Muy bien, debe ser talla 36.

Juancho se rió y dijo:

- No, mi amigo, ahí se equivocó. He usado talla 34 desde que cumplí los 18 años.

El vendedor negó con la cabeza y le respondió:

- No es posible que use talla 34. El calzoncillo estaría demasiado apretado y le presionaría los huevos contra la base de la columna, esto le ocasionaría un pinche dolor de cabeza que traería todo el día y no aguantaría...

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